lunes, 20 de enero de 2014

PERDONAR Y OLVIDAR

El mayor enemigo del Guerrero Espiritual es la sensación de carencia y separación, así como el deseo resultante de obtener el control de lo que no se puede controlar. El amor incondicional y la aceptación no se pueden controlar. Cada uno debe llegar a un acuerdo consigo mismo para amar y aceptar cada parte de sí: positiva y negativa. 

Se necesita gran valor para mirar el rostro de Dios, porque primero debes mirar tu propio rostro. 

Si voy a recibir el perdón, ¿de quién lo voy a recibir? De mí. Pero cada vez que me perdono por algo, recuerdo qué fue. Y cada vez que recuerdo qué fue, le pongo un poco más de energía. Así que cada vez parece más grande y no desaparece.

Así que aunque yo diga: “Bueno, me perdono”, la próxima vez que veo a la persona con quien me enojé, el enojo aparece nuevamente. 

Por lo tanto, necesitamos hacer algo más que perdonar. Tenemos que olvidarlo. Tenemos que vivir nuestras vidas en este momento de una forma tan completa que cuando un momento desaparezca, no quede ninguna evidencia de que estuvimos en ese momento. 

Si no hay evidencia, no habrá pensamiento, ni sentimiento, ni imaginación, ni realidad física, y el inconsciente estará claro, despejado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario